Debut

Vida Escrita.

Me repetía, ¿Y si no sale bien?…

Nunca me he permitido ir.

Hoy, he dejado los disfraces en el camerino.

Ya nada me mantiene aquí.

Ahora puedo ver, he liberado todo.

No se trata solo de un sueño.

Y si no sale bien es que aún no es el final.

Este es mi gran DEBUT.

Inma Díaz

Hoy publicó este texto que escribí hace seis meses. No os perdáis el del próximo lunes.

Desde que era niña todas las noches antes de dormir me quedaba pensativa en la cama soñando como sería mi futuro. Elegía una vida estereotipada y de éxito. Hasta que deje de hacerlo, sin recordar el momento exacto. Intuyo que comencé a vivir los sueños en lugar de imaginar. El resultado fue muy diferente a lo esperado.

Después de varios fracasos y decepcionar a las personas que más quería, en un profundo afán por superar los duelos, comencé una introspección tan intensa que no deje ningún rincón de mi interior por explorar.

Descubrí que siempre había necesitado de la aprobación de los demás para hacer cosas. Nunca había sabido darme mi libertad, ni la oportunidad de poderme equivocar. Que me costaba tomar decisiones. Me acostumbré a interpretar una vida elegida que había decido para mí. Sin darme permiso para hacer nada que no estuviera admitido. Me repetía, ¿Y si no sale bien?… Nunca me permití ir.

Hasta que me sacudió para empezar a alejarme del modelo establecido por la mayoría, como un batido de condicionamientos que otros habían preparado. Inmersa en una nueva aventura, esa que me distancio de los aplausos, de los halagos de la sociedad y lejos de la admiración, comencé a apreciarme.

Abandone mi identidad prestada, como si fuera una actriz fracasada de una función de teatro. Dejando aquel personaje influenciado por la educación, las normas sociales en aquel camerino. Y con un equipaje más liviano, sin huir, comencé a disfrutar, libre de toda dependencia y asumiendo la responsabilidad necesaria para apoyar a mi verdadero ser. Ya nada me mantenía allí. Ahora podía ver, me había liberado de todo.

En ese viaje, fui a ver una representación de teatro, un lienzo blanco convertido en obra de arte, una adaptación de la obra “Art”. En aquel momento decidí que nunca me tatuaría mi cuerpo, que sería una página en blanco para sin borrarla poder dibujar una y otra vez.

Que yo hace tiempo que empecé a ser, dejando de pensar cómo hacer, improvisando los capítulos como protagonista. He olvidado el cómo fui, tomando las riendas, rumbo hacia una expresión mejor. No se trata solo de un sueño.

Sin soñar, despierta, por las noches coloco en mi libro, un marcapáginas, de mi color favorito, azul como el mar, enigmático y fascinante. En él puede leerse

“Vive la historia que quieres contar”.

Y si no sale bien es que aún no es el final.

Este es mi gran DEBUT.

Inma Díaz.

Anterior
Anterior

Luces y Sombras

Siguiente
Siguiente

Y de repente llegaste TÚ.