Amar sin sufrir es una auténtica obra de arte.

Despabílate, llega una ráfaga de viento. Abrázame, como siempre, y un poquito más fuerte.

Todavía, mi alma envuelve tu cuerpo. Sin saber lo que nos aleja, lo que nos acerca, lo que nos une, lo que separa, en un paso, el paso del tiempo.

Tú eres tan preciso. Yo soy abstracta. Somos y no somos, tan típicos, en nuestra casa con jardín. Ese que cultivo con mimo para verlo crecer. Nuestro afecto es al trato, lo que el agua a las plantas. Que el cariño se siente, no se enseña, se transmite, no se pide y se regala.

Pongamos muchas dosis de tolerancia, de generosidad, de humor y de actitud positiva. No nos podemos pasar la vida añorando lo que tuvimos, y sintiéndonos mal por lo que no tenemos. Nuestra continuidad no es sinónimo de éxito, ni la ruptura implica fracaso.

Colocaremos parte de nuestra creatividad para esa convivencia en común, y protegeremos cada día, con nuestras muestras de ternura. Quizás, una borrasca puede llevarnos del amor al desamor, al paso del tiempo, medido por el corazón. Pero al amanecer, quiero seguir disfrutando del sol, cuando se filtre entre las hojas de nuestro balcón.

Si tú y yo fuéramos iguales, reaccionamos de formas semejantes, sentiríamos las mismas emociones, nos perderíamos en la rutina, en la falta de novedad y en ausencia de aportaciones. Que sin crisis no hay crecimiento. Sin mirar atrás, no sabes cómo valoro tu coraje de quererme. Nuestra fórmula ideal funciona, somos "diferentes pero complementarios".

La naturaleza no se equivocó, hizo una auténtica obra de arte.

Inma Díaz.

Texto inspirado en los libros:

-Amar sin sufrir de la autora y psicóloga M.ª Jesús Álava Reyes.

-El amor, las mujeres y la vida de Mario Benedetti.

Anterior
Anterior

Sensei

Siguiente
Siguiente

¿La vida es bella? o ¿Quiero ser bella?