Mi corazón canta mientras bailas.

Lecciones de vida.

Tú aprendiendo a leer, yo escribiendo este texto, con esos momentos, en que sabes que tu vida cambiará para siempre.

Hace seis años, estaba allí tumbada, en la camilla, con la cabeza inclinada como una tortuga. Mis piernas temblaban. Sentí frío en mi vientre por el gel. Miraba aquel monitor borroso, en blanco y negro, me recordó a mi infancia. De repente vi una pequeña figura, muy diminuta.

Entonces la doctora mientas pulsaba un botón, dijo: “Vamos a la prueba del algodón”. Y comencé a oír un sonido como un latido. Me sorprendió que de aquella pequeña forma como una judía o semilla emanara un son tan fuerte. Mis ojos solo lloraban, mientras le daba las gracias a la doctora. Era mi bebé. Como en una nube comencé a flotar mientras salí de la consulta. Ahora comprendo por qué estaba más cansada de lo habitual.

Ella me lo dijo: “Mientras que tengas útero serás madre”. Y tenía razón, las clases comienzan antes de nacer, mientras habitamos en la matriz materna. Dentro hemos experimentado la luz y la oscuridad. Aprendemos absorber líquidos, practicando con el amniótico, y a chuparnos el pulgar. Nos adaptamos a los movimientos maternos, mecidos en su vientre. Flotamos en un mundo acuoso que nos sostiene y envuelve. Nuestro corazón vive y late en sincronía. Dentro escuchamos los múltiples sonidos, unos provienen del interior del cuerpo de la madre y otros del mundo exterior. Oímos las primeras conversaciones donde empieza el aprendizaje de nuestro lenguaje.

A los nueve meses nacemos, sorprendidos por abrumadoras sensaciones. El mayor shock para el ser humano. Por suerte, de nuevo somos salvados en a los brazos de las madres que nos dan cobijo, sus senos nos proporcionan alimento y consuelo. El tacto, el contacto corporal, es el sentido más presente en nuestro comienzo. Cuando un bebe se tiene en brazos, entre caricias y arrumacos, representa “ser amado”. Es interesante como las madres nos comunicamos con nuestros hijos, a través de canales no verbales, sensaciones y emociones de las cuales ni siquiera somos conscientes.

“Por eso hija, a pesar de las dificultades, piensa que lo peor ha pasado. Siente orgullo de ser mujer, recuerda donde canta nuestro corazón.” Inma Díaz.

También sé que hay mujeres, que han perdido su útero por una enfermedad. Ellas tienen hijos dentro del corazón. Su embarazo no es fácil, tarda hasta más de dos años entre cursos, papeleos, ECAIS y leyes de países. Pero cuando por fin tienen a su bebe, les tararean canciones todas las noches, mientras duermen.

Otras prefieren entonar en el coche, la ducha o algún Karaoke. Es tan lícito como cualquier otra elección.

Como ves tendrás muchas opciones, tú sabrás cuál es la mejor para ti. Recordaré, esa mirada con tu primera sonrisa, la que quiero que tengas siempre.

“Es importante, que no olvides, que la biografía se gesta en la matriz, que te protege y mece como si bailaras entre canciones con latidos de corazones. El tuyo y el mío.”

“Nuestros úteros son lecciones de vida. Un mundo de sonidos acompasados, donde todo comienza contigo.”

Inma Díaz.

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